Para festejar nuestro 45º aniversario convocamos a nuestros lectores a trabajar sobre Lo Cotidiano.
La respuesta no se hizo esperar, y las obras recibidas forman un fresco de la sociedad de hoy… pero apenas un fragmento, un indicio, porque lo cotidiano es inabarcable y, sobretodo, porque la fotografía siempre será la interpretación de su autor.
Sin duda, la sumatoria de las interpretaciones permitirá a generaciones futuras pensarnos, tal vez más claramente, de lo que lo hacemos hoy.
Al margen de los grandes acontecimientos que suceden en la vida, está aquello más íntimo, a veces privado y otras público, de lo que nos pasa o hacemos diariamente.
Las pinturas griegas y romanas nos ilustran de lo tangible de lo cotidiano. Las ciencias antropológicas, por su parte, realizan trabajos detectivescos para saber cómo vivieron los antepasados más remotos –y los más actuales– de la humanidad.
Tan es así que el estudio de la vida cotidiana constituye una disciplina historiográfica. En las crónicas de viajes, en la literatura, en la pintura y ahora esencialmente en la fotografía, lo cotidiano ocupa un lugar de privilegio por la trascendencia que tiene en cada persona y en la sociedad.
Los museos están llenos de objetos, ropas, utensilios, muebles, cuadros, que muestran la cotidianeidad de la vida en sociedad en cada período de la historia. Objetos que nos permiten comprender un poco más profundamente cómo pasaban sus horas quienes nos precedieron. Su comprensión significa acercarnos a los rituales sociales de una cultura y, dentro de ella, ver también los comportamientos según el sector o clase social a la que se pertenecían.
En nuestro territorio, la imagen llegó muy tardíamente para describir la vida desde lo cotidiano. Primero fueron relatos parciales, como parte de textos muy amplios, descripciones generales de paisajes y rasgos generales de modos de vida y de creencias: como el diario de Antonio Pigafeta, miembro de la expedición de Fernando Magallanes alrededor del mundo en el 1520 (“Relazione del primo viaggio intorno al mondo”); Ulrico Schmidl en su libro “Viaje al Río de la Plata, 1534-1554” como miembro de la expedición de Pedro de Mendoza en la primera fundación de Buenos Aires en el 1536 y la obra “Buenos Aires y el Interior” escrita por el capitán del ejercito británico Alexander Gillespie, que participó de las invasiones inglesas en 1806.
En el Río de la Plata, hasta entonces, existió un vacío casi absoluto en la iconografía que mostrara la vida cotidiana.
Fue el oficial de la Marina Real y pintor aficionado Emeric Essex Vidal (1791- 1861) quien realizó las primeras pinturas en Buenos Aires y Montevideo donde se refleja la vida cotidiana. Tales obras las realizó en 1816 y en el período de 1828 a 1829, como tripulante de la fragata británica HMS Hyacinth. Sus pinturas fueron publicadas en Londres como“Pictures que Illustrations of Buenos Ayres and Montevideo” (Ilustraciones pintorescas de Buenos Aires y Montevideo), obra que incluía 22 acuarelas.
En el prólogo, dice: “...el autor de este trabajo se contentó con bosquejos, originalmente sin vistas a publicarlos, algunos rasgos característicos que presentaban las ciudades de Buenos Aires y Montevideo, y aquellas singularidades en las costumbres, maneras e indumentarias de las gentes. Estos diseños, cree él, resultarán tanto más aceptables a los interesados, cuanto que, a su conocimiento, ninguna ilustración gráfico de esos lugares había sido, hasta ahora, presentada al público”.
Emeric Essex Vidal, “Vista del Cabildo desde la recoba, 1817”.Le sucede en su interés por mostrar lo cotidiano el litógrafo suizo-francés Céssar Hipólito Bacle (1794 - 1838), que se radica en Buenos Aires en 1828. Se dedicó a la publicación de periódicos, libros de enseñanza de dibujo, retratos de nuestros próceres, hasta que el gobernador Juan Manuel de Rosas decretó que los propietarios de imprentas deberían ser argentinos, nativos o por opción. Bacle se fue del país pero regresó poco después, editando una obra monumental, “Trajes y Costumbres de la Provincia de Buenos Aires”(1835) y su “Museo Americano”, donde “... se hallen materias de todos los precios, de todos los gustos: cosas antiguas y modernas, animadas e inanimadas, monumentales, naturales, civilizadas, salvajes, pertenecientes a la tierra, al mar, al cielo, a todos los tiempos, procedentes de todos los países”.
Pero ahí apareció la figura de Gregorio Ibarra, amigo de Rosas, quien salió a competirle con su propia litografía, llegando al extremo de publicar con su sello una obra de idéntico título, “Trajes y Costumbres de la Provincia de Buenos Aires”. La suerte de Bacle estaba echada cuando en 1837 lo detienen en el Cuartel del Retiro acusado de ser colaborador e informante de los Unitarios. Tras seis meses fue liberado, pero en un estado de abandono y desnutrición, falleció en su casa en enero de 1838. Eso le dio pié a los franceses para iniciar el bloqueo de la Confederación.
La saga de los primeros pintores costumbristas concluye con otro marino como Vidal, Adolfo D’Hastrel de Rivedoux (1805-1875), que justamente había participado como oficial de marina en el bloqueo de la Confederación. De vuelta en Francia, Adolfo D’Hastrel, publica, entre otros trabajos, “Galerie Royale du Costume” en la que muestra personajes típicos del Río de la Plata.
Pocos años después, en 1840 llega el daguerrotipo a Montevideo y, en 1843, se instalan los primeros daguerrotipistas en Buenos Aires, pero la técnica tenía demasiadas limitaciones para realizar el registro de escenas cotidianas, así que en ese período, que se extiende hasta comienzos de la década de 1860, sólo tenemos retratos y aquella magnífica serie de paisajes urbanos realizada por Charles DeForest Frederics.
Un italiano, Benito Panunzi, instalado en Buenos Aires en 1862, se largó con su cámara con la técnica de las placas al Colodión, a realizar imágenes de gente común que le daban identidad cultural al país y, en 1865, publicó “Vedutti de Buenos Aires” donde se mostraba al hombre en relación a su espacio arquitectónico. Fue sin dudas un pionero al que siguieron muchos otros, con la publicación de álbumes y postales.
Pero si hay dos nombres que no pueden omitirse en esta pequeña crónica de la fotografia de lo cotidiano, son los de Francisco Ayerza y el de Fernando Paillet.
Francisco Ayerza (1860 – 1901) murió relativamente joven, a los 40 años de edad, pero dejó una obra prolífica y fundacional de la fotografía documental argentina. En 1889, fue el fundador, junto a otros miembros de la clase alta porteña, de la Sociedad Fotográfica Argentina de Aficionados, que realizó la más memorable tarea grupal de documentación social y arquitectónica que jamás se haya hecho en el país. La ópera prima de Ayerza fue, sin embargo, su intento de ilustrar el Martín Fierro de José Hernández, para lo cual tomó como modelos la peonada y a la gente de campo de la Estancia San Juan de Pereyra Iraola, con sus vestimentas, ranchos y corrales.
El caso de Fernando Paillet (1880 - 1967) es sustancialmente distinto, ya que era y se definía a sí mismo como “Un fotógrafo provinciano que documentó la Pampa Gringa”. De origen belga y nacido en la colonia agrícola de Esperanza, provincia de Santa Fe, su galería estuvo activa entre 1902 y 1950, pero fue en la década de 1920 que realizó su trabajo más importante con la intención de documentar todos los aspectos sociales de Esperanza, tarea a la que se abocó de manera obsesiva. El proyecto de crear un museo de la inmigración, terminó en fracaso y Paillet, decepcionado y deprimido, destruyó buena parte de su obra. Se salvaron unas 200 placas, que felizmente han sido expuestas y publicadas en su mayoría.
A esos nombres debemos sumar el de los fotógrafos de las colonias galesas de Chubut, que a fines de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX generaron un fresco inigualable de la vida en esa comunidad, que ha sido difundida por primera vez en el libro “Los Galeses en Chubut”, realizado por la Secretaria del Cultura de la Nación y Fotomundo en 1987.
Por último, siguiendo este hilo conductor de fotógrafos de lo cotidiano, pensamos que el ciclo de los pioneros se cierra con Horacio Coppola, quien para celebrar los 400 años de la primera fundación de Buenos Aires, se embarca en la realización de un ensayo sobre la ciudad por encargo del intendente, obra capitular en la fotografía moderna.
La vida cotidiana constituye uno de los temas más amplios y fascinantes que puede ser abordado desde la fotografía –como desde cualquier otro medio creativo de expresión.
A. Becquer Casaballe
Cecilia Pericich. La primera afeitada, Pergamino, Pcia. de Buenos Aires, 2011.
Cecilia Pericich. Rosa se peina para el almuerzo en el día de su 93 cumpleaños, Manuel Ocampo, Pcia. de Buenos Aires, 2011.
Silvia Spina. Tren a punto de partir en la estación Mechita, Pcia. de Buenos Aires, 2010.
Cecilia Estalles.
Guillermo Hugo García, Buenos Aires, 2010.
Guido A. L. Triboulard. Estación Mar del Plata del Ferrocarril Roca, 2008.
Guillermina Doyhenard, Esq. 58 y 21, La Plata.
Horacio Rosell, Mar del Plata, 2004.
Manuel Mario Pérez. Despachante de una panadería, Villa Zapiola, Paso del Rey, 2011.
Marina Mehaudy.
Hugo Carballo, Delta del Paraná.
Sergio Vovchuk. Av. Callao y Rivadavia, Bs. As., 2011.
Oscar Vázquez. Inundación en San Antonio de Areco, Pcia. de Buenos Aires, 2009.
Miguel Lattanzi. Barrio de San Nicolás (Centro) de Buenos Aires 2011.
Cecilia Pericich. Calle Dorrego y peatonal San Nicolás, Pergamino, Pcia. de Buenos Aires, 2010.
Stella Maris Leone Geraci. Plaza de Mayo, de la Serie En la ciudad, 2011.
Victoria Díaz.
Patricia Giordano. Plaza Arenales, Villa Devoto, Bs. As, 2011.
Sabrina Gomenzoro, Santa Clara del Mar, 2011.
Gustavo Tarchini, Rio Dulce, Santiago del Estero, 2011.
Analía Villanueva. Iquique, Chile, 2010.
María Fernanda Giraudo, Plaza San Martín, Arroyito, Cordoba.
María Zorzon, Buenos Aires, 2009.
Leandro Arturo Artigala. Manila, Filipinas, 2009.
Mirta Steinberg. Quebrada de Humahuaca, Jujuy, 2010.
Roberto García, Villa Luzuriaga, Pcia. de Buenos Aires.
Nazareno Russo. Alejandría, Egipto, 2008.
Sergio Vovchuk, Corrientes y Tacahuano, 2011.
Cecilia Estalles.
Luciana Pérez Cerimele. Hogar de Ancianos Los Ceibos, San Miguel de Tucumán, 2011.
Hugo Carballo. Escuela Nº 31 Gabriela Mistral en el Delta del Paraná.
Silvina Menendez, Buenos Aires, 2010.
Daniel Muchiut, Bolivia.
Isidoro Zang. Serie Salas de Espera, Salta, 2011.
Julio C. Marangoni. Estación Olleros de la Línea D, Buenos Aires, 2011.
Verónica Fernáncez Varga. Estación Independencia del Subte C, Bs. As., 2011.
Jorge Mariscotti, Subte Línea B, Buenos Aires, 2010.
Mariana Marziali. San Nicolás, Pcia. de Buenos Aires, 2010.
Alejandro Cerutti, Nueva York, 2010.
Carola Montero. Estación Nuñez del Ferrocarril B. Mitre, 2011.
Laura A. Levaggi.
Vicente Viola, Zurich, Suiza 2010.
Xavier Kriscautzky.
Patricia Bonanno, Carmelo, Uruguay, 2010.
Mirta Irene Judengloben. Esquina de Humberto I y Defensa, Bs. As., 2011.
Facundo D. Viñas.
Cecilia Pericich. Pergamino, Pcia. de Buenos Aires, 2010.
Rubén Sotera. Tilcara, Jujuy, 2008.
Liz Federici, Laferrere, La Matanza, 2010.
Nicolás Villalobos. Villa Del Parque, Bs. As., 2010.
Ana Alonso, 2003.
Martín Gómez Alzaga.
Nicolás Villalobos, Barrio de Caballito, Bs. As., 2011.
Ileana Ochoa. Barrio de Caballito, Bs. As., 2011.
Laura Beatriz Solari. Nuñez, Buenos Aires, 2011.
Gonzalo Ocampo Vega, La Rioja, 2011.
Alberto Natan, Buenos Aires, 2011.
Miriam Nora Viale. Buenos Aires, 2011.
Pablo Linietsky, Buenos Aires, 2010.
Gonzalo Menéndez, Buenos Aires, 2011.
Valentino Cerutti.
Tuny Warenycia, Posadas, Misiones 2009.
Pablo Linietsky, Buenos Aires, 2011.
Mónica Nebiolo, Buenos Aires, 2009.
Flavia Schuster, Sidney, Australia, 2008.
Ruben López, Santa Fe, 2010.
Claudia Marcu. San Francisco, Estados Unidos, 2010.
Claudia Nieves, Parque Saavedra.
Josefina de la Fuente, La Rioja, 2010.
Ricardo Sanguinetti.
Jorge Vicente Molinari. Plaza Doctor Bernardo Houssay, Bs. As., 2010.
Hernán Oviedo, Buenos Aires, 2011.
Silvina Vannícola, Uruguay, 2009.
Federico Enrique Lanati. Cancha de Atlético de Tucumán, 2011.
Alberto Natan, Club Ferro 2011.
Valeria Cavazzini. Termas de Villa Elisa, Pcia. Entre Ríos, 2011.
María Cristina Carrizo. Río Limay, ciudad de Neuquén, 2011.
Alicia Rendano.
Virginia Wencelblat, Plaza Francia, 2010.
Enrique Adrián Pavese. Morón, Pcia. de Buenos Aires, 2008.
Virginia Wencelblat, Buenos Aires, 2011.
Juan César Giaginto. Peatonal de la ciudad de Córdoba, 2009.
Verónica Hernández, Parque Lezama, 2009.
Miriam Zabala
Ova Hamer, Buenos Aires, 2011.
Alejandro Ahuerma, Salta 2011.
Aldo Senefelder, Buenos Aires, 2008.
Adolfo Valentín López, de la Serie Paisajes Cotidianos, San Telmo, 2010.
Hugo A. Hazaki, Plaza Congreso, 2011.
Patricia Cabo, Buenos Aires, 2011.
Paula Ariana Zandonadi, San Miguel de Tucumán, 2011.
Olga Aida Antuña. Pocito, Pcia. de San Juan, 2011.
Cristian A. Osorio. Río Paraná, Corrientes, 2010.
Luciano Germán Domene. Villa Allende, Córdoba, 2010.
Amalia Retamozo. Pasaje Santa Rosa, Palermo, Bs. As, 2001.
Nura Busleimán, La Rioja, 2011.
Gloria García Fernández.
Alejandro Sued, Calle Florida, Buenos Aires.
Graciela Guadalupe Barco. Belo Horizonte, Brasil, 2011.
Roque V. Molina, La Rioja, 2011.
Oscar Ariel Daroz, Fontana, Chaco, 2011.
Juan Manuel Moreno Parra, San Miguel de Tucumán, 2005.
Alejandro Cerutti, Nueva York 2010.
Eyelén Giacobbe. Copacabana, Río de Janeiro, Brasil, 2011.
Nestor Hernán Casares, Linea B, subterráneo de Buenos Aires.
Cristina Montagna.
Jorge Mariscotti, Villa Dominico, Avellaneda, 2008.
Helen Zout, 2011.
Sandra Hernández, Entre Ríos, 2008.