Algunas
personas dicen que los buenos retratos revelan alguna verdad oculta del modelo
retratado. Con tristeza, debo confesar que ese tipo de personas no encontrarán
nada interesante en mis fotografías, simplemente porque no tienen ese
propósito.” (Andrzej
Dragan)
Andrzej Dragan (Varsovia, 1978). Estudió en Varsovia,
y obtuvo becas en Amsterdam, Oxford, y Lisboa. Se doctoró cum laude en física
cuántica en 2005. Galardonado por la mejor tésis de física en Polonia por la
Sociedad Física Polaca (2001), fue becado por la Fundación Europea de la
Ciencia (2001, 2002), por el Comite Nacional de Investigacion Científica (2002,
2003), premiado por Jóvenes Estudiante de la Fundación para la Ciencia Polaca
(2003, 2004), obtuvo la beca “Quédate con nosotros” de Polityka, la más
importante revista polaca (2004). Realizó conferencias y seminarios en
Amsterdam, Cracovia, Glasgow, Minsk, Munich, Oxford, St. Andrews, Varsovia y
Tokyo. Es miembro de la secretaría científica del comite organizador de las
Olimpiadas Científicas, y actualmente trabaja como profesor adjunto de física
en la Universidad de Varsovia. Nunca probó el café. En el pasado Andrej Dragan
obtuvo numerosos premios naiconales e internacionales en concursos de
composición musical. desde 2003 se dedica a la fotografía.
Dragan es un conocido fotógrafo especializado en
retratos y que ha conseguido crear escuela con su peculiar estilo. Integra a la
perfección la calidad de buenas fotografías con un tratamiento digital original
y con un efecto dramático realmente sorprendente. Tanto es así, que ha creado
escuela y se pueden encontrar muchas variantes a su estilo, imitadores y
también seguidores, llegando a conocerse como“efecto Dragan” o “efecto draganizado”. Su trabajo de edición se basa en la saturación del color,
sobreexposición selectiva y enfatización de los detalles, además de extremar la
nitidez en los ojos y oscurecer los tonos de piel, aumentando las sombras.
Pero Dragan no es un fotógrafo al uso como el mismo nos cuenta: En primer lugar, permítanme dejar claro que a mi realmente no
me gusta hacer fotografías, para ser realmente sincero, me disgusta. Suena
extraño, lo sé. Cuando mis amigos me piden que les haga una foto y me
niego, se decepcionan, pero a mi simplemente no me gusta fotografiar. Incluso
no soy neutral acerca de esto, en realidad me desagrada. Y, sin embargo, por
alguna razón desconocida que todavía no he entendido, a veces me ocurre correr
detrás alguien que realmente quiero fotografiar, porque su cara me resulta
interesante, pero eso es bastante inusual. En un principio solo le pedía a él o
a ella que me dejase tomar una fotografía después de una breve conversación con
ellos que podría muy bien tener lugar en la calle, por ejemplo. Todo esto no
suele tardar más de unos minutos. Luego, poco a poco he adquirido una actitud
más selectiva en la elección de las personas con las que estoy interesado, y
ahora hago una foto al mes. Podéis leer el resto de esta interesante
entrevista