La obra fotográfica de Mario Cravo Netopor Fernando Castro R.
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Africa II 1991
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Hace unos años leí una reseña en la revista Time del libro The History and Geography of Human Genes (La historia y la geografía de los genes humanos). En la reseña se revelaban datos probados basados en cincuenta años de investigación sobre genética de población.1 Algunos de estos datos me parecieron tan trascendentales como la revolución copernicana, la teoría de la evolución, y el descubrimiento del ADN como el mecanismo de la herencia. Desgraciadamente, muchas veces los datos científicos se incorporan demasiado lentamente al sustrato ideológico que impera en la sociedad. El único dato que me gustaría subrayar en relación con mi comentario sobre la obra de Mario Cravo Neto es que los europeos son genéticamente híbridos con un 65% de genes asiáticos y un 35% de genes africanos. Hasta cierto punto, la obra de Cravo Neto expresa la verdad evidente de que las manifestaciones en su cultura de las mitologías mundiales pertenecen a personas como él, y tal vez, a todos nosotros. Por tanto, se debería examinar su obra no por su exotismo sino por su catolicismo.
Una pregunta que me ha intrigado durante muchos años es por qué tantos artistas latinoamericanos tienen la tendencia a abordar cuestiones de identidad cultural, aun cuando, a veces, los temas culturales particulares que tratan no están genéticamente relacionados con ellos. Por ejemplo, Cravo Neto no es manifiestamente africano. Claro está que otro dato de la genética es que lo que es visible es solamente fenotípico mientras lo que define a un individuo molecularmente y por lo tanto, lo que perdura en la herencia, es genotípico. ¿No era intención de la película de Pereira dos Santos Tenda dos Milagres (1975) mostrar que muchas de las destacadas familias europeas de Bahia (la ciudad natal de Cravo Neto) eran primos de un antropólogo afro-brasileño a quien discriminaban? Cravo Neto no evade la cultura africana de su mundo; al contrario, se sumerge dentro de ella. Dado que la proporción de 65/35 es una cifra establecida, no se necesitan más argumentos de tipo genealógico para poder considerar a las diversas comunidades simplemente como un conglomerado humano. El corolario de esto es que no hay ninguna base genética para que un grupo fenotípico en particular afirme su derecho a la dominación. Por otra parte, la razón que explica nuestro interés en culturas específicas del mundo no puede ser la afiliación genética (que se comparte), sino el entorno cultural (que depende mucho de la historia personal).
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Sacrificio IV 1989
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Cravo Neto no es, de ninguna manera, el primer artista brasileño en preocuparse por los problemas afro-brasileños. Lo precedieron los cineastas brasileños del llamado Cinema Novo que en los años sesenta y setenta tomaron la bandera de la cultura africana de la resistencia contra la ideología del branqueamento (blanqueamiento) de la cultura brasileña; entre ellos, los dos mencionados en este ensayo, Glauber Rocha y Nelson Pereira dos Santos. Dentro del campo de la música, el poeta Vinicius de Moraes y el músico Baden Powell grabaron el álbum "Os Afro-Sambas" (1966) que incluía canciones sobre las deidades yoruba, tales como Iemanjá, Xango y Ossanha. De Moraes describió su esfuerzo de la siguiente manera, "…realizar un novo sincretismo: carioquizar, dentro do espirito do samba moderno, o candomblé afro brasileño, dando-lhe ao mesmo tempo uma dimensão mais universal."2. La aportación de Cravo Neto a este "nuevo sincretismo" fue traer sus sensibilidades escultóricas y teatrales al campo de la fotografía en un momento en que el medio en América Latina se había comprometido políticamente con su modalidad documental.
Para el artista latinoamericano de la clase media, las manifestaciones culturales que podrían dar la impresión de no estar vinculadas genéticamente a él o a ella a menudo son las mismas que lo/la alimentan desde la infancia. Esta relación está ejemplificada en imágenes como "Shelter" (Protección) (1990), donde un niño de piel clara es cargado por unos brazos oscuros. Al madurar la conciencia histórica, surgen conflictos con el mundo de la infancia y se vuelve intensamente evidente que uno pertenece simultáneamente a la cultura de los vencedores que escriben la historiografía oficial y también a la de los vencidos, cuya historia es escondida por la historiografía oficial. Es un conflicto muy apremiante porque la inacción te vuelve cómplice. Cuando se busca una resolución a través del arte, su propósito es restablecer la visión, el valor y la historia de los que están marginados de la cultura dominante, y para el o la artista el propósito es posicionarse culturalmente en el mundo.
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Torso con perro 1989
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Las creencias, costumbres, hábitos, valores, rituales y mitos africanos, amazónicos y europeos penetran tan profundamente en la psique del artista brasileño, que el arte se transforma en una poción catártica que resalta todo esto. Por medio del arte el artista puede llegar a ser todas las manifestaciones y ninguna, se convierte en depredador y presa, esclavo y dueño, observador y observado. Cravo Neto busca en el medio de la fotografía como el curandero amazónico que toma una poción de ayahuasca para poder viajar al yo del jaguar, del mono aullador, del perezoso, de la anaconda, del tucán y del delfín rosa. En su viaje a través de varios yo el curandero examina su propia persona y el mundo a través de los ojos de sus huéspedes para poder buscar a su propio yo en el mundo. Al fin y al cabo ¿no somos algún tipo de suma de como los otros nos ven y de como nosotros los vemos a ellos?
La inclusión de Cravo Neto de su propio hijo, madre y padre en este viaje de auto-descubrimiento corroboran esta interpretación de su obra. La frente de su madre y la mirada de su padre enmarcada por sus propios dedos, no son exactamente representaciones pacíficas. En ellas existen una tensión y una angustia. Dejando a un lado las realidades personales, el compromiso tenso que tienen ellos con el conjunto de la obra de Cravo Neto nos hace creer que la transmisión de la cultura de generación a generación ocurre con fricción. Es una conclusión que evoca a los arquetipos de comportamiento freudianos que típicamente aluden a las mitologías greco-romanas. Saturno devorando a sus propios hijos es una metáfora poderosa del autoritarismo extremo, del pasado que se impone al presente, de la dominación cultural, etc. El hecho de que Cravo Neto alterne a Odé con Saturno, al vudú con los sátiros, indica o que todas las cosmologías míticas tienen algo en común o que han llegado a un sincretismo en la cultura brasileña.
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Africa III 1991
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La fotografía escenificada es la poética central de Cravo Neto. No sólo pone en escena rituales como puede ser el caso en "Sacrifice V" (Sacrificio V) (1989), sino también mitologías verdaderas como "Saturno" (1992). Este histrionismo del acto fotográfico, también nos hace recordar a cineastas como Glauber Rocha. En su película Antonio das Mortes (1969), la estética de artificialidad de Rocha no es contraria a la veracidad del documental. En cambio, es una manera alternativa de articular los hechos de la sociedad, la historia y la cultura. También es una manera de disipar la verosilimitud engañosa del cine del primer mundo. Para Cravo Neto, su estudio es el lugar de la revelación, de la interpretación y de la memoria. También es un lugar donde las inclinaciones del artista convergen y se mezclan: la escultura se vuelve viva, las fotografías adquieren textura y profundidad, los actores dirigen y se encarnan, los apoyos se transforman en elementos de una instalación, los objetos se metamorfosean en amuletos, efectos ópticos sintetizan características acústicas. El uso de la fotografía de Cravo Neto como medio (una poción que transfigura) transporta la menta, transforma la realidad, y traduce los símbolos de texto a imagen, de un dato en el subconsciente a una representación en la mente expresiva. Su obra investiga la riqueza de los mitos que viven en él y tal vez en nosotros. |